miércoles, 13 de octubre de 2010

El bar de Rožna dolina


Hay momentos en que la vida quiere que aprendas lecciones de la mejor manera posible, con tanta fuerza que se queden grabadas, como decía la canción, “entre el hueso y la piel”. Hoy ha sido uno de esos días. Días que puedes tomártelos de dos maneras, como casi todo. Por la parte mala, en la que consigue bloquearte casi totalmente y solo eres capaz de ver la cruz. O por la parte buena, en la que incluso sales reforzado, mirando al miedo, al futuro incierto a los ojos y lanzándole una sonrisa. Esas experiencias son las que se buscan cuando eres Erasmus, al menos tal y como yo lo veo, aunque escribo esto sentado en la mesa alta de un bar de la zona sin tener aún un lugar donde vivir, que en este momento pienso que es uno de los peores miedos que tenemos las personas, al menos las de nuestra generación, acostumbradas a la comodidad, a la estabilidad, a disponer de todo en todo momento, hasta el punto de despreciar una infinidad de cosas, entre ellas a otras personas.

En estos momentos me invade una sensación de incertidumbre, de no saber qué hacer, qué pensar, qué sentir. Cuando vives en un país desconocido, a muchos kilómetros de tus seres queridos esta sensación se intensifica al máximo, se cuela dentro, recorre todo tu cuerpo en forma de escalofrío, como un baño en agua helada.
Una llamada de teléfono consigue pausar el trance. Es Isi, ya están de vuelta, voy a encontrarme con ellos y paseando por las oscuras calles de Rožna dolina la confianza vuelve a brotar, hasta el punto de no tener la menor duda de que con su ayuda todo saldrá bien, o almenos es en eso en lo que quiero concentrarme, porque el pesismismo, en momentos como este, no es la herramienta más recomendable.

Les ha costado dos días encontrar una habitación en la que pueda quedarme a vivir, y digo “les” porque han sido ellos los que, después de interminables visitas a páginas web, pocas horas de sueño y una larga lista de llamadas,  han conseguido que la sonrisa vuelva a mi cara. Dejan y Katarina, no solo me han acogido en su casa, bueno mejor dicho en su misma habitación, el tiempo que ha sido necesario, si no que han logrado que me encuentre un poco más cerca de mi familia, de mi nueva familia, y eso es algo que nunca olvidaré. Por esto y por mucho más, GRACIAS !!!

Instantes después de colgar el teléfono nos calzamos las botas para hacerle frente a la incesante lluvia que lleva todo el día limpiando las calles de nuestra nueva ciudad. Al llegar al número 4 de Jelovškova ulica nos recibe Simona, mi nueva casera. La casita está en medio de un barrio de la zona sur de Ljubljana, Trnovo. Lugar apacible y tranquilo, a unos 20 minutos del centro yendo a pata (por mucho que mi compañero italiano, matía diga que lo hace en 10) aunque eso ya lo discutiremos otro día. Mi nuevo hogar es una casa de dos pisos independientes, en el de arriba vive Simona y su familia y en el de abajo se cocina sopa eslovena, pasta italiana, tortilla de patatas y algún plato típico de Camerún (sé lo que estás pensando Jerin, que esa frase ya la usé contigo, pero es que me gusta como queda…). La casa está dividida en tres habitaciones, una cocina incrustada en el pasillo, y un cuarto de baño. Sí, sé lo que estáis pensando, “¿¿¿pero donde está la tele y el sofá de la siesta???” pues no hay, en esta casa, y en otras muchas de las que yo he visitado no existe el salón. Por el momento es la diferencia más grande que he encontrado con respecto a nuestra cultura, bueno esa y que los eslovenos piensan muy bien como tienen que hacer las cosas para sacarles el máximo rendimiento. Todo tiene un significado, un sentido, un fin. La casa, la bienvenida y sobretodo el ambiente logran conquistarme y estampo mi rubrica sin pensarlo dos veces. Desde este preciso momento tengo un nuevo hogar.

3 comentarios:

  1. Si señor, un blog muy bonito. En cuanto lo de que no conseguirás llegar a mi nivel... eso es cuestión de tiempo y de que te lo propongas, no es dificil.
    Me alegra saber que estás bien. Aqui la cosa no ha cambiado nada, todo está tranquilo como de costumbre.
    Seguiré pasando por aquí, cuidate mucho.
    Un beso, Cristina.

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  2. y donde c... has vivido hasta el dia 14 de octubre JuanMi..????

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  3. jajajajajaja no no, la casa la he encontrado mucho antes... el finde en otro pueblo, en la casa de Dejan, un dia en un hostal y dos noches en la casa de Dejan en Ljubljana...

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